La palabra galaxia deriva de los términos griegos para nuestra propia galaxia: galaxias (la lechosa) o kyklos galaktikos (círculo lechoso), por su apariencia en el cielo.
Se cuenta en la mitología griega que el dios griego Zeus, que era infiel a su esposa, tuvo un hijo llamado Heracles (Hércules) de su unión con Alcmena. Al enterarse, Hera hizo que Alcmena llevara en el vientre a Heracles por 10 meses, y trató de deshacerse de éste mandando dos serpientes para que mataran al bebé cuando tenía ocho meses. Sin embargo, Heracles pudo librarse fácilmente de ellas estrangulándolas con sus pequeñas manos. Heracles resultó ser el favorito de Zeus. Sin embargo, el Oráculo decía que Heracles sólo sería un héroe, puesto que era mortal. Para ser un dios inmortal debía de demostrar una valentía digna de un Dios.
Una
vez que llega la historia hasta este punto, las versiones son
distintas.
Una
de ellas dice que Hermes,
el mensajero de los dioses, puso a Heracles en el seno de Hera,
mientras ella dormía, para que mamara la leche divina pero, al
despertar y darse cuenta, lo separó bruscamente y se derramó la
leche, formando la Vía Láctea.
Otra
dice que Atenea,
la diosa de la sabiduría, convenció a Hera de que Heracles mamara
de ella, ya que era un niño muy lindo, pero resulta
que Heracles succionó
la leche con tal violencia, que lastimó a Hera,
haciéndola derramar la leche.
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| El nacimiento de la Vía Láctea por Pedro Pablo Rubens. |

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